A veces me cuesta entender las consecuencias del cambio generacional, las 0.0001784×10+6 canas en mi sien derecha me hacen olvidar que los años han pasado, y no en vano!. También esa terapia de mis hijos de hacerme cosquilla cada 3.0875 minutos, su asombro cuando me dicen don g! y los diminutivos cariñosos de su madre por mantenerme como hace 13 años IN a more than ADO.net.
Cuando veo pasar por la calle un chico, que lleva los pantalones abajo de las pantorrillas, el calzoncillo de fuera y un alacrán tatuado en la nuca, tengo esa sensación de querer decir “hola terrícolas”. La terapia de mi madre funciona, ella me recuerda que no siempre tuvimos más de 35, en mis tiempos recuerdo haber sido el dolor de cabeza de una tía que vestía hábito en sus palabras ante las locuras de nosotros entrando al bachillerato.
Recuerdo haber usado (antes de la cola de caballo) un puntiagudo punk de la frente hasta el endpoint, largo con mechas en ortho hacia abajo, las sienes rapadas con la navaja 1 y dos rayitas de la 0 a cada lado; esto fue en aquellos años que Def Leppard cantaba con el duodeno Love Bites, justo cuando Bon Jovi sacó el álbum New Jersey e Iron Maiden el séptimo hijo del séptimo hijo.
Ah, que tiempos esos, poco nos importó que Milli Vanilli fuera una farsa, más nos ofendió que Bon Jovi se cortara el pelo como nena; hacer las piruetas de MC Hammer era un arte, las chicas nos adoraban por esto en público y nos detestaban en los baños; Metálica para los extremos, U2 para lo selectos, Guns n’ Roses para cualquier roquero con gusto, Poison para los sin gusto… eso era vida!.
Usábamos los pantalones de tubo (no mamey como ahora) se doblaban a la altura del tobillo como los pantalones de Tin-tin, mientras los pañuelos rojos recién se mudaban de 13 en los muslos a uno en la cabeza como los pandilleros de Niki Cruz. Y nuestro caminado era como dando pequeños impulsos, me di cuenta de ello cuando en la temporada de marchas patrias el instructor me llamó al frente y me obligó a caminar normal… no se empine!, camine plano!… fue imposible, estaba en mi sangre.
…parece que fue ayer. Bueno, para algunos anteayer.
Ahora nos cuesta entender estas criaturas que si no se rapan lo usan como Goku, si no llevan los pantalones flojos a la pantorrilla, los usan a la cadera mostrando la letra Y (y son varones), con unas fajas de 7.62 centímetros de ancho, hebillas que podrían categorizarse como armas blancas y una postura en spline que cuando caminan el culito se les ve como cubo rugby.
Entenderlos no es tan sencillo, un día comentábamos el tema con un amigo, estuvimos a punto de dejar de serlo por ello. Otro me envió por correo una imagen explica las posibles razones de nuestra resistencia a estas modas:
- Baja autoestima por desnutrición crónica
- Habilidades acrobáticas intrínsecas
- Caso crítico de siameses
- Preferencias sexuales dentro del closet
- …o que ya días nos alumbra el sol.
Creo que todas las generaciones de latinos hemos mirado para «Arriba» en nuestra adolescencia para copiar modas y tendencias.- . Esta pseudo moda de querer parecer pandilleros (remeras largas, pantalones por los tobillos) es copiada de los ghettos latinos de EE.UU.-
Por suerte, al menos en esta zona tàn tàn austral como es mi querida Patagonia Argentina, no ha pasado a màs de imitar la vestimenta màs no la violencia… ojalà siga asì.
Abrazo grande.
No es el sable Ché… las relaciones de amistad a largo plazo son satisfactorias. Invertir en ellas no tiene sentido, ni pesar su compensación.
Tu sable debe ser muy gustoso como recién vi en uno de tus fotos.